Primera vez

Por fin, solos en una habitación, yo te miraba muy nerviosa, no sabia que hacer. Me tomaste de las manos y me besabas, pero mis labios de tanta pasión y nerviosismo temblaban y a ti eso te excitaba.

Me tocabas suave y firmemente todo mi cuerpo, en un principio yo estaba helada, pero supiste hacerme entrar en calor con el roce de tu cuerpo.

Acostada en la cama con tu cuerpo sobre el mío supe lo que era ser dominada por otra persona sin poder resistirme, solo cerraba los ojos y trataba de maximizar las  nuevas sensaciones que me provocabas con las puntas de tus dedos entre mis piernas mientras me besabas. Habían momentos que me dejabas sin aliento al sentir tus besos sobre mi cuerpo.

Me gustaba acariciar tu cabello un poco largo y negro, tu espalda y tus brazos de color trigueño. Me encantabas con tus labios y tus masajes con tu lengua sobre mis pechos.

El calor era intenso, nunca había sentido esa clase de placentero calor quemando mi piel desde adentro, yo estaba totalmente a tu Mercer y hacías con mi cuerpo lo que te placía, pero no podía quejarme, porque a mi me encantaban todas esas cosas que hacías con tus manos y entonces hubo un momento único y mágico que fue cuando me penetraste haciéndome tuya por primera ves.

Un momento difícil de describir, sintiendo dolor y placer me convertiste de niña a mujer, todo mi ser interior cambio. Nuestros cuerpos se estaban fusionando y pude sentir como parte de ti, me daba carias dentro de mí, hasta que finalmente nos quedamos acostados en la cama, esa cama que fue testigo de esa transformación que hubo fuera y dentro de mí ser, entre tus brazos fui feliz por primera vez.

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