Carlos Benito Lara Romero

EL AÑO QUE EL ATLANTE FUE CAMPEON

 1




Ignacio estaba acostado en la hamaca con Irene a su lado,  miraban la televisión, pero ella mas bien lo miraba a el.  Los platos de la cena estaban sucios, la casa estaba sucia, él ya estaba tomado y en la pantalla el Atlante (como siempre) iba perdiendo contra el América 2-1, de pronto el árbitro pitó una jugada a favor del América. Lo peor; dentro del área; era penal.
 
 
- ¡Chiiiiiinga tu maaaaadre arbitro! ¡Toda la vida es lo mismo! ¡Maldito atlante, maldito fútbol mexicano!
 
- Ya cálmate es solo un partido- dijo ella, pero realmente sabía que él estaba mal, sabía que ya estaba muy tomado, que ya no le hablaría de poesía esa tarde, ni de Nietzsche, ni de Cortazar, otra vez el Atlante la había jodido también a ella.
 
- ¿Porque le vas a ese equipo tan perdedor, Ignacio? Vives amargado por ese equipo, luego te pones mal por la vida de Van Gogh, te pones mal por la vida de Beethoven, te pones mal por lo de tu papa,  te pones mal por las películas que pasan en el cine, quieres que todo sea Fellini y Dostoievski, que toda tu vida sea Fellini y Dostoievski.
 
- ¡Irene por favor entiéndeme! lo único que recuerdo de mi padre es que le iba al Atlante, ¡no ves que es el equipo del pueblo! por eso le voy al Atlante, ¿no entiendes verdad? es la única relación que tengo con mi padre.
 
- ¡COÑOOOO NACHOOOO, TU PADRE YA ESTA MUERTO! ¡TIENE 20 AÑOS DE MUERTO! ¡DE QUE PUTA RELACION HABLAS!
 
 
Irene se paró enfadada y tomo un cigarro bruscamente, para poder calmarse, llevaba tres años viviendo con José Ignacio, pero las cosas no iban como ella lo esperaba, el tenia un trabajo mediocre, casi siempre tomaba y lo poco que ganaba se lo gastaba en libros y películas, a ella solo la enamoraba para cogérsela, antes eso le gustaba, pero ahora sentía que estaba desperdiciando su vida, ella de 20 años y el de 42, claro que la estaba desperdiciando. Además estaba Ricardo, que solo era tres años mayor que ella, abogado y ya con despacho propio, ella trabajaba como su secretaría, Ricardo siempre la invitaba a salir, ella sabia que el quería con ella, ya hasta le había propuesto que vivieran juntos, que dejara a Ignacio y se fuera con él.
 
- Ya deja de tomar Nacho por favor, luego eres insoportable, el Atlante nunca va a ser campeón, entiéndelo, por eso nadie le va al Atlante, date cuenta que por eso nadie va a verlo al azteca, yo no conozco a nadie aquí en el Distrito Federal que le vaya al Atlante, porque no le vas mejor al Cruz Azul, como tus hermanos.
 
¿COMO QUE NUNCA VA A SER CAMPEON? ¡YA FUE CAMPEON EN EL 93 PUTAAAA, CON LAVOLPE!
 
-…No me insultes Nacho, por favor, no empieces…
 
- Lo siento flaca, es solo que no se porque soy así, no se porque le voy al Atlante realmente, vamos, si es de televisa y yo odio a televisa…creo que a mi ni me gusta el fútbol, y tienes razón solo me gustan los perdedores, siempre me han atraído  los perdedores, ya sabes; Allan Poe, Van Gogh, Bukowski…
 
- Por eso eres así Nacho, tienes que cambiar, por eso no asciendes en el trabajo, por eso tus hermanos están bien y tu no, por eso tu mama te tiene en tan mal concepto, por eso en mi casa no te quieren.
 
- En tu casa no me quieren por que tu mama es una interesada, una pinche fresa que…
 
-¡YA CALLAAATE!- le grito ella indignada, ahora comenzaría a insultar a su mama, no soportaba que la familia de ella tuviera dinero, les decía burgueses, fresas, apretados, mamones, todos los insultos que aprendió en el barrio de  Tepito, donde más.
 
ADEMAS YA NO ME HACES EL AMOR COMO ANTES! ¡SIEMPRE ANDAS TOMANDO O LEYENDO O VIENDO FUTBOL! ¡YA NO ME ESCRIBES POESIA, NI ME DICES COSAS LINDAS NACHOOO!¡PURO PUTO FUTBOL, PUTOS LIBROS Y PUTO ALCOHOL! ¡AGHHHHHHHHR!
 
 
De repente Irene comenzó a llorar, primero silenciosamente, como con vergüenza, luego se tiro a los brazos de él en la hamaca, por lo estrepitoso de la acción Nacho se conmocionó, ella tenía la cara empapada de lagrimas, estaba triste y cansada de todo, sabía que no aguantaría mucho mas, que el tiempo se dilataba, que el fútbol no la ayudaría. Al principio ella creía en el Atlante, creía en eso de que sin dinero podían salir campeones, aun con los jugadores que les relegaba el América por que ya habían pasado sus mejores épocas, creía que el Atlante como Nacho saldrían avante, por encima de las circunstancias, pero ahora sabia que no, ahora entendía que tampoco Nacho nunca saldría de la calle Albéniz, un jodido callejón de la colonia “La Raza”, que jamás saldría de un bocho, de un trabajo de burócrata sin compensación, que nunca viajarían juntos al extranjero, ahora sabía que el amor no cubría esas cosas, que al final su mama tenía razón, que con él solo encontraría penurias y fracasos, así que para ella no valían la pena Nacho ni el Atlante, perdedores al fin los dos, mejor se enjugo las lagrimas y se levantó de la hamaca con el mayor desanimo.
 
- Bueno es mejor que ya te acuestes a dormir, ¿quieres que te abra la última caguama que esta en el refri?
 
-Si …por favor, Irene sé que las cosas no están saliendo como esperábamos, sé que ya no te cojo como antes, sé que…siempre ando pedo, pero…bueno sabes lo que siento por ti… perame voy al baño.
 
 
Nacho se fue tambaleando hacia el baño, su mente estaba sedada de tanta cerveza, el sentía que la quería y ya en el baño entristeció sin saber porque, y él también lloro, pero lo hizo sin que ella se diera cuenta, él realmente quería a Irene, pero sentía que no le salían las cosas, que el mundo andaba mal, muy mal, que el DF era una porquería, que la culpa era de tanta  pinche frialdad en la gente, que si viviera en Querétaro por ejemplo, sería diferente, o si no se hubiese muerto su padre, no estuviera tan jodido, o si no hubiese crecido en ese puto barrio, todo eso pensaba mientras balbuceaba muy quedito, trataba de desabrocharse el pantalón para poder orinar, pero no encontraba los botones, luego pensó que también era culpa del Atlante, de José Antonio García, de Lavolpe, ¿porque no era argentino y le iba a Boca Junior por ejemplo?, por lo menos cada domingo fuera mas feliz, pero al América o al Cruz Azul ni madres, pero que le iba a hacer si era atlantista de corazón y así se iba a morir, comprendía que algún día se quedaría como el atlante en el azteca; solito, solito, pero resistiría, así como resistía tanta burla por ser perredista,  o como cuando decía que le iba al Atlante, o cuando se extrañaban sus compañeros burócratas que hablara de Tarkovsky o de kurosawa, así aguantaría, pero necesitaba a Irene, la necesitaba mas que a nadie, solo ella lo entendía, de pronto Nacho se dio cuenta que estaba todo orinado del pantalón.
 
 
 
2
 
 
Al otro día, Ignacio no recordaba nada, estaba sentado sobre la taza del baño, apestaba a orín seco, sentía un calor insoportable y le dolía la cabeza un chingo, se quitó el pantalón y en boxers salio al comedor y comenzó a gritarle a su mujer.
 
-Ireneeeee, Irene.
 
Pero nadie le contestó, la casa seguía de cabeza, había botellas de caguama por toda la mesa, en la recamara las luces estaban apagadas, la hamaca vacía, la cama vacía, la televisión apagada, y encima del televisor se veía una hoja doblada, Ignacio se sorprendió al verla y comenzó a leerla.
 
“Nacho:
Como sé que nunca vas a cambiar y desde hace tiempo he depositado mis esperanzas en ti, pero ya me canse, no quiero pasar el resto de mi vida con un tipo que se orina en lo pantalones de lo borracho que anda, TE AMO pero ya no me coges y francamente cada día te pones mas viejo y mas triste, sé que habíamos quedado en que nos dijéramos siempre la verdad, pero no tuve el valor para hacerlo cara a cara, TE DEJO. Le hablé por teléfono temprano a Ricardo (mi jefe del trabajo) y el amablemente me ofreció su casa,  y tu y yo sabemos que él tiene las mejores intenciones conmigo, no quiero que me molestes o me busques, déjame que pueda rehacer mi vida y que me dé otra oportunidad, se que esto que te voy a decir te va a doler mucho pero la verdad es que…Ricardo le va al América y creo que a mi no me importa, se que para ti los que le van al América, son priistas, guadalupanos, ven Televisa y los detestas, pero yo siempre he pensado que son de mente ganadora, por ejemplo tú tienes un bocho y Ricardo tiene un Audi, pero nunca te lo quise decir, para no herirte, igual ahora ya no tiene caso que te mienta mas, solo me llevo mi ropa y los dólares que  yo había comprado…
 
Adios
Irene”
 
Ignacio leyó una y otra vez la nota y después se fue a acostar a la hamaca, y así entre el humo del cigarro,  farfulló tranquilamente entre dientes.
 
-las mejores intenciones…jejeje, si como no, si le va al América.
 
 
FIN       
 
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Ignacio estaba acostado en la hamaca con Irene a su lado,  miraban la televisión, pero ella mas bien lo miraba a el.  Los platos de la cena estaban sucios, la casa estaba sucia, él ya estaba tomado y en la pantalla el Atlante (como siempre) iba perdiendo contra el América 2-1, de pronto el árbitro pitó una jugada a favor del América. Lo peor; dentro del área; era penal.
 
 
- ¡Chiiiiiinga tu maaaaadre arbitro! ¡Toda la vida es lo mismo! ¡Maldito atlante, maldito fútbol mexicano!
 
- Ya cálmate es solo un partido- dijo ella, pero realmente sabía que él estaba mal, sabía que ya estaba muy tomado, que ya no le hablaría de poesía esa tarde, ni de Nietzsche, ni de Cortazar, otra vez el Atlante la había jodido también a ella.
 
- ¿Porque le vas a ese equipo tan perdedor, Ignacio? Vives amargado por ese equipo, luego te pones mal por la vida de Van Gogh, te pones mal por la vida de Beethoven, te pones mal por lo de tu papa,  te pones mal por las películas que pasan en el cine, quieres que todo sea Fellini y Dostoievski, que toda tu vida sea Fellini y Dostoievski.
 
- ¡Irene por favor entiéndeme! lo único que recuerdo de mi padre es que le iba al Atlante, ¡no ves que es el equipo del pueblo! por eso le voy al Atlante, ¿no entiendes verdad? es la única relación que tengo con mi padre.
 
- ¡COÑOOOO NACHOOOO, TU PADRE YA ESTA MUERTO! ¡TIENE 20 AÑOS DE MUERTO! ¡DE QUE PUTA RELACION HABLAS!
 
 
Irene se paró enfadada y tomo un cigarro bruscamente, para poder calmarse, llevaba tres años viviendo con José Ignacio, pero las cosas no iban como ella lo esperaba, el tenia un trabajo mediocre, casi siempre tomaba y lo poco que ganaba se lo gastaba en libros y películas, a ella solo la enamoraba para cogérsela, antes eso le gustaba, pero ahora sentía que estaba desperdiciando su vida, ella de 20 años y el de 42, claro que la estaba desperdiciando. Además estaba Ricardo, que solo era tres años mayor que ella, abogado y ya con despacho propio, ella trabajaba como su secretaría, Ricardo siempre la invitaba a salir, ella sabia que el quería con ella, ya hasta le había propuesto que vivieran juntos, que dejara a Ignacio y se fuera con él.
 
- Ya deja de tomar Nacho por favor, luego eres insoportable, el Atlante nunca va a ser campeón, entiéndelo, por eso nadie le va al Atlante, date cuenta que por eso nadie va a verlo al azteca, yo no conozco a nadie aquí en el Distrito Federal que le vaya al Atlante, porque no le vas mejor al Cruz Azul, como tus hermanos.
 
¿COMO QUE NUNCA VA A SER CAMPEON? ¡YA FUE CAMPEON EN EL 93 PUTAAAA, CON LAVOLPE!
 
-…No me insultes Nacho, por favor, no empieces…
 
- Lo siento flaca, es solo que no se porque soy así, no se porque le voy al Atlante realmente, vamos, si es de televisa y yo odio a televisa…creo que a mi ni me gusta el fútbol, y tienes razón solo me gustan los perdedores, siempre me han atraído  los perdedores, ya sabes; Allan Poe, Van Gogh, Bukowski…
 
- Por eso eres así Nacho, tienes que cambiar, por eso no asciendes en el trabajo, por eso tus hermanos están bien y tu no, por eso tu mama te tiene en tan mal concepto, por eso en mi casa no te quieren.
 
- En tu casa no me quieren por que tu mama es una interesada, una pinche fresa que…
 
-¡YA CALLAAATE!- le grito ella indignada, ahora comenzaría a insultar a su mama, no soportaba que la familia de ella tuviera dinero, les decía burgueses, fresas, apretados, mamones, todos los insultos que aprendió en el barrio de  Tepito, donde más.
 
ADEMAS YA NO ME HACES EL AMOR COMO ANTES! ¡SIEMPRE ANDAS TOMANDO O LEYENDO O VIENDO FUTBOL! ¡YA NO ME ESCRIBES POESIA, NI ME DICES COSAS LINDAS NACHOOO!¡PURO PUTO FUTBOL, PUTOS LIBROS Y PUTO ALCOHOL! ¡AGHHHHHHHHR!
 
 
De repente Irene comenzó a llorar, primero silenciosamente, como con vergüenza, luego se tiro a los brazos de él en la hamaca, por lo estrepitoso de la acción Nacho se conmocionó, ella tenía la cara empapada de lagrimas, estaba triste y cansada de todo, sabía que no aguantaría mucho mas, que el tiempo se dilataba, que el fútbol no la ayudaría. Al principio ella creía en el Atlante, creía en eso de que sin dinero podían salir campeones, aun con los jugadores que les relegaba el América por que ya habían pasado sus mejores épocas, creía que el Atlante como Nacho saldrían avante, por encima de las circunstancias, pero ahora sabia que no, ahora entendía que tampoco Nacho nunca saldría de la calle Albéniz, un jodido callejón de la colonia “La Raza”, que jamás saldría de un bocho, de un trabajo de burócrata sin compensación, que nunca viajarían juntos al extranjero, ahora sabía que el amor no cubría esas cosas, que al final su mama tenía razón, que con él solo encontraría penurias y fracasos, así que para ella no valían la pena Nacho ni el Atlante, perdedores al fin los dos, mejor se enjugo las lagrimas y se levantó de la hamaca con el mayor desanimo.
 
- Bueno es mejor que ya te acuestes a dormir, ¿quieres que te abra la última caguama que esta en el refri?
 
-Si …por favor, Irene sé que las cosas no están saliendo como esperábamos, sé que ya no te cojo como antes, sé que…siempre ando pedo, pero…bueno sabes lo que siento por ti… perame voy al baño.
 
 
Nacho se fue tambaleando hacia el baño, su mente estaba sedada de tanta cerveza, el sentía que la quería y ya en el baño entristeció sin saber porque, y él también lloro, pero lo hizo sin que ella se diera cuenta, él realmente quería a Irene, pero sentía que no le salían las cosas, que el mundo andaba mal, muy mal, que el DF era una porquería, que la culpa era de tanta  pinche frialdad en la gente, que si viviera en Querétaro por ejemplo, sería diferente, o si no se hubiese muerto su padre, no estuviera tan jodido, o si no hubiese crecido en ese puto barrio, todo eso pensaba mientras balbuceaba muy quedito, trataba de desabrocharse el pantalón para poder orinar, pero no encontraba los botones, luego pensó que también era culpa del Atlante, de José Antonio García, de Lavolpe, ¿porque no era argentino y le iba a Boca Junior por ejemplo?, por lo menos cada domingo fuera mas feliz, pero al América o al Cruz Azul ni madres, pero que le iba a hacer si era atlantista de corazón y así se iba a morir, comprendía que algún día se quedaría como el atlante en el azteca; solito, solito, pero resistiría, así como resistía tanta burla por ser perredista,  o como cuando decía que le iba al Atlante, o cuando se extrañaban sus compañeros burócratas que hablara de Tarkovsky o de kurosawa, así aguantaría, pero necesitaba a Irene, la necesitaba mas que a nadie, solo ella lo entendía, de pronto Nacho se dio cuenta que estaba todo orinado del pantalón.
 
 
 
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Al otro día, Ignacio no recordaba nada, estaba sentado sobre la taza del baño, apestaba a orín seco, sentía un calor insoportable y le dolía la cabeza un chingo, se quitó el pantalón y en boxers salio al comedor y comenzó a gritarle a su mujer.
 
-Ireneeeee, Irene.
 
Pero nadie le contestó, la casa seguía de cabeza, había botellas de caguama por toda la mesa, en la recamara las luces estaban apagadas, la hamaca vacía, la cama vacía, la televisión apagada, y encima del televisor se veía una hoja doblada, Ignacio se sorprendió al verla y comenzó a leerla.
 
“Nacho:
Como sé que nunca vas a cambiar y desde hace tiempo he depositado mis esperanzas en ti, pero ya me canse, no quiero pasar el resto de mi vida con un tipo que se orina en lo pantalones de lo borracho que anda, TE AMO pero ya no me coges y francamente cada día te pones mas viejo y mas triste, sé que habíamos quedado en que nos dijéramos siempre la verdad, pero no tuve el valor para hacerlo cara a cara, TE DEJO. Le hablé por teléfono temprano a Ricardo (mi jefe del trabajo) y el amablemente me ofreció su casa,  y tu y yo sabemos que él tiene las mejores intenciones conmigo, no quiero que me molestes o me busques, déjame que pueda rehacer mi vida y que me dé otra oportunidad, se que esto que te voy a decir te va a doler mucho pero la verdad es que…Ricardo le va al América y creo que a mi no me importa, se que para ti los que le van al América, son priistas, guadalupanos, ven Televisa y los detestas, pero yo siempre he pensado que son de mente ganadora, por ejemplo tú tienes un bocho y Ricardo tiene un Audi, pero nunca te lo quise decir, para no herirte, igual ahora ya no tiene caso que te mienta mas, solo me llevo mi ropa y los dólares que  yo había comprado…
 
Adios
Irene”
 
Ignacio leyó una y otra vez la nota y después se fue a acostar a la hamaca, y así entre el humo del cigarro,  farfulló tranquilamente entre dientes.
 
-las mejores intenciones…jejeje, si como no, si le va al América.
 
 
FIN       
 

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Veröffentlicht auf e-Stories.org am 01.07.2013.

 
 

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