Agonizaban las doncellas
por un amor que nunca fué,
reflejábase en el riachuelo
las dos puntas del iceberg.
Agonizaban las doncellas,
negras copas hendidas, pez
de heladas lágrimas tronchadas
en las caracolas dormidas...
En destellos de ola fría
lloraban musas del ayer,
reflejábase en el riachuelo
tedioso efluvio azul sin fé.
En las voces acantiladas
se simulan fiordos de sed.
Lloraban las musas ayer
de pasiones que no olvidan,
del sol que no pudieron ver.
Magnas claridades tendidas,
su flojel de aguas tan plateadas
en las caracolas dormidas,
soñaban las musas ayer.
Alle Rechte an diesem Beitrag liegen beim Autoren. Der Beitrag wurde auf e-Stories.org vom Autor eingeschickt Vicente Gómez Quiles.
Veröffentlicht auf e-Stories.org am 18.08.2011.
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