“… mantén abierta la mente, el corazón y los ojos,
sé solidario y nunca, nunca pierdas el tiempo”,
- me dijo apuntándome con el dedo y con un pie en el estribo -
y aquel buhonero de oro, entre la ingente barahúnda de su carro,
tomando las riendas desde el pescante,
azuzó al rocín y se fue;
… al atardecer, o en las medianoches, sin embargo,
por el más negro horizonte suelo verlo aparecer;
es una tenue luz que apenas rompe, brilla y muere, únicamente, sólo;
pero en ese instante el cielo arde, el monte arde, y los ríos,
y el corazón total del dios;
después se hace el silencio;
… incluso puedo recordarlo ahora exclamando al saludar:
¡ salve, majestad, salve…!
abriendo los brazos, sonriendo.
http://www.oriondepanthoseas.com
[…del libro “Libertad: cantos menores”]
Alle Rechte an diesem Beitrag liegen beim Autoren. Der Beitrag wurde auf e-Stories.org vom Autor eingeschickt Antonio Justel Rodriguez.
Veröffentlicht auf e-Stories.org am 19.08.2009.
Vorheriger Titel Nächster Titel
Mehr aus der Kategorie "Allgemein" (Gedichte in spanischer Sprache)
Weitere Beiträge von Antonio Justel Rodriguez
Hat Dir dieser Beitrag gefallen?
Dann schau Dir doch mal diese Vorschläge an: