Tarde
de cielo gris y tormenta silenciosa
que no apaga el fuego de mis venas.
Son mis ojos los que sufren tu ausencia
y mis pies ya no buscan las estrellas.
Mis días se llenan de desierto
la piel se ahoga en la nada.
Esta tarde no distingue horas
es tocar el espacio vacío
agarrar la muerte
cerrar la puerta
y descansar los huesos.
Alle Rechte an diesem Beitrag liegen beim Autoren. Der Beitrag wurde auf e-Stories.org vom Autor eingeschickt Norma Elpidia Marin Aguilar.
Veröffentlicht auf e-Stories.org am 08.08.2009.
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